Historia
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Asentado en una luminosa colina, el
antiguo pueblo de Chaguarurco (del kichwa chawar, maguey o penco y urku,
cerro) hoy se constituye en una floreciente y acogedora ciudad, altiva
atalaya en medio del fértil valle de Yunguilla (hibridismo del kichwa:
yunka, caliente, abrigado, y del morfema de carácter estimativo –lla).
Es decir que este topónimo de acuerdo a su significado literal,
significa: abrigado, calientito” (Romero y Romero, 2004).
“Fue fundada originalmente por indígenas Cañaris en la actual comunidad de Cañaribamba y luego administrada por la encomienda española bajo la gobernación del Marqués Juan de Salinas durante la época colonial, con el propósito de explotar las minas de oro del cerro Shiry (3500 m.s.n.m). Esa explotación desenfrenada causó que la montaña se desplomara ocasionando la muerte tanto de indios como de españoles por igual y la desaparición de las muy codiciadas minas bajo toneladas de tierra” (Toledo y León, 2001).
Para finales del siglo XVII la villa de
Cañaribamba era administrada eclesiásticamente por un sacerdote de
apellido Naranjo que según las leyendas locales, tuvo que pagar un alto
precio por su codicia y fue luego de ese acontecimiento que la villa
entró en un período de decadencia, luego de que una epidemia arrasara
con la población (Toledo y León, 2001).
En 1930 se funda la nueva población de Cañaribamba con el nombre de Chaguarurco. Los pobladores escogieron este lugar porque no era lejos de la villa original y por su ubicación geográfica y panorámica. El lugar inspiraba tranquilidad y salud. “Por el año de 1900 Chaguarurco, no pasaba de ser un pequeño Caserío de Chozas de paja en su mayoría, y unas contadas casitas de zinc y teja, que posiblemente éstas últimas viviendas tenían sus dueños a los más acaudalados del Valle de Yunguilla, ya que las otras que se las denomina Chozas, pertenecían a la clase desposeída o a los aparceros como hasta ahora se les suele decir partidarios, quienes se ocupaban en la cultivación de terrenos en materia de caña de azúcar, café, naranjos, limoneros, guineo, camotes, yucas, maíz, fréjol y otros artículos más, los que servían para el consumo diario de las familias, porque a excepción de los derivados de la caña de azúcar, todo se lo consumía en la propia Región; por este lado nadie sufría de hambre, pero en cuanto a conseguir sal, kerosén para el alumbrado por las noches, arroz, azúcar, vestidos, medicina, herramientas y otros insumos más, era sumamente difícil conseguirlos, toda vez que en épocas de invierno para llegar a la ciudad de Cuenca desde Chaguarurco, se hacía una jornada de tres a cuatro días de camino con el barro a las rodillas para no exagerar, mucho mejor resultaba viajar a la provincia del El Oro, concretamente a la ciudad de Pasaje, a donde se hacía menos tiempo y se conseguía la mercadería a menor costo que en Cuenca” (Zenteno Aguirre, sin año). |
“La ciudad de piedra escondida prehistórica de Carachula”
El maravilloso mundo desconocido milenario de las cavernas: “La ciudad de piedra escondida prehistórica de Carachula
“Comparado en el encuentro de la historia con la ciudad de Machu Picchu y del Señor de Sipan del Perú en los andes, y de las enigmáticas pirámides egipcias del Africa; la ciudad milenaria de las cavernas de Carachula del Austro Ecuatoriano, revela y descubre a la prehistoria todavía intacta y aún en su desconcertante y fascinante mundo arcaico de piedra en América. El mastodonte americano, los formaciones antropomorfas, y las formaciones fálicas gigantes de piedra, muestran a un mundo profano que desapreció sin dejar rastros, que fue capaz de mover moldear y jugar con toneladas de roca”
El Mastodonte del Austro .- El mamut o elefante gigante de la prehistoria que habitó en el lugar y sector, se encuentra imponente esculpido en la roca, para su observación estratégica, en la llegada, a la ciudad de piedra de Carachula, al que se le puede divisar y reconocer a grandes distancias, para eternizar así en la piedra y relieve de sus montañas a la adoración del hombre prehistórico del lugar, al mastodonte americano que pernoctó en ésta geografía austral.
El águila, cóndor y el puma americano también se eternizan en los esculpidos en la roca de los relieves geográficos de la ciudad milenaria de piedra de Carachula.
Rostros y Figuras Antropomorfas .- Decenas de rostros humanos gigantes tallado en las paredes de piedra de Carachula como murales colosales, estampados y perennizados para los siglos a la
historia y milenios como el mayor registro arqueológico ancestral precolombino americano, todavía por estudiarse e identificarse. Sufrimiento, angustia, desesperación y dolor, como parte de las expresiones estampadas y dejadas en éstos murales de la historia.
Formaciones Fálicas.
A igual que en otras culturas y civilizaciones ancestrales, del nuevo y viejo continente, se repite en éstas esculturas y formaciones gigantes talladas, readecuadas y esculpidas, en los altos de los relieves topográficos de la ciudad de piedra, con la mano del hombre ancestral americano.
El enigma de la piedra moledora.- Dentro de la ciudad de piedra de Carachula,, se encuentran presentes, las evidencias más cercanas, al secreto y sabiduría guardado durante miles de años, por los egipcios y mayas, los incas y cañaris; enigmas para poder trasportar y mover a toneladas de roca, en el conocimiento entendimiento y estudio conceptual del centro de gravedad de la materia física que permite mover trasportar y jugar con la materia tangible y con toneladas de rocas gigantes, dejando que se apoyen éstas, en tan un sólo punto, sin que se vuelquen, en un vaivén interminable, en el juego osado con el viento.